Nuestra historia
Cuando el alma nos grita, podemos escucharla o ignorarla…
Cuando a David le despidieron de un trabajo, decidió ignorarla, y encontró uno nuevo a las 3 semanas. Cuando un mes después, le volvieron a despedir, decidió escucharla. Se lo contó a Mario y acordaron quedar una semana después para ver qué le estaba pidiendo con esto la vida. ¿Solo a David?...bueno, en el transcurso de esa semana también despidieron a Mario, así que no. Las dos almas iban a ser escuchadas juntas.
Cuando consigues escucharte, suceden cosas tan maravillosas como que tras 30 minutos de conversación, ya estaba toda la estructura de Kliro montada. Bueno, o eso parecía, la vida siempre te regala sorpresas si estás abierto a recibirlas…
Con los motores en marcha, y más ganas que conocimiento, David fue a darse un masaje a casa de Andrea, que hasta ahora se había dedicado al shiatsu pero justo estaba terminando la formación como tarotista. Así que tras el masaje Andrea preguntó si podía hacer una tirada para practicar, la última antes de su examen final…Sin dar ninguna pista, David preguntó por su nuevo proyecto; las cartas y la energía mostraron que efectivamente, eso iba a ser la experiencia terrenal de lo que el alma le estaba pidiendo. Siendo una información tan potente y poderosa la que salió en la tirada, Andrea no pudo contenerse y preguntó “¿Pero este proyecto…qué es?” David le contó. Los ojos abiertos e iluminados de Andrea dijeron el resto, ella era la tercera pieza de Kliro.
Hasta aquí la parte espiritual. ¿El resto?
El resto fueron horas de dedicación, ilusión, perseverancia, creatividad, aprendizaje y, por supuesto, golpes terrenales en forma de burocracia, errores, malentendidos y costes. Pero tenemos muy claro que
nuestro camino, el del autoconocimiento sin misterios, pasa por experimentar todo aquello que
necesitemos para crear una empresa con estructuras sólidas, sostenibles y útiles. Y además, en
todo este tiempo la vida nos ha seguido mandando regalos con todas las profesionales que han
decidido formar parte de Kliro.
Así que en este punto, ya no se puede decir que Kliro seamos tres.
Somos decenas de personas que un día decidieron no ignorar más a su alma que gritaba, y
comprendieron que ayudar en el autoconocimiento del otro les da a sí mismos lo que buscamos
dar en la persona que llega a Kliro: paz.

