¿Cómo reducir el perfeccionismo?
Detrás del perfeccionismo suele haber miedo, culpa y deseo de aceptación. Sanar eso es aprender a perdonarse.
2 de noviembre de 2025

Las consecuencias de un ideal
Trabajando en sesión con una cliente, me decía que todo el mundo la ve como muy eficiente. Pero por dentro, vive agotada. Revisa sus trabajos mil veces, nunca está conforme y siempre siente que “podría haberlo hecho mejor”.
Evita cometer errores a toda costa y se castiga cuando algo no sale perfecto. Le cuesta disfrutar de sus logros y teme decepcionar a los demás.
Aunque también entiende que su perfeccionismo es una forma de protegerse del miedo a ser juzgada.
No obstante, sigue siendo tan dura consigo misma. ¿Por qué?
Motivos ocultos que revelan las técnicas alternativas
- Heridas infantiles por exceso de crítica o exigencia: Cuando un niño crece con figuras adultas muy exigentes, poco expresivas emocionalmente o críticas, puede desarrollar un “crítico interno” severo. Esa voz interior le exige ser impecable para evitar el dolor del juicio o la desaprobación.
- Lealtades familiares inconscientes: Desde terapias como las constelaciones familiares, se observa que algunas personas cargan mandatos o exigencias que no les pertenecen. Por ejemplo, tratan de “reparar” fracasos de sus padres o seguir ideales familiares de excelencia, muchas veces sin darse cuenta.
- Culpa inconsciente: Algunas personas sostienen una exigencia excesiva hacia sí mismas como forma de “compensar” culpas antiguas, incluso heredadas o no conscientes. El perfeccionismo actúa como una forma de redención, donde nunca es suficiente porque, en el fondo, hay una sensación de deuda.
¿Y si empiezas perdonándote?
Sí, has leído bien. Empieza perdonándote.
Puedes perdonarte por:
- No saber responder a todas las preguntas.
- Por no poder hacer todas las cosas que querrías a cada instante, eres un ser limitado que hace lo que puede.
- Si no sabes mantener tu relación sentimental como las de las pelis. Lo haces como aprendiste hasta ahora.
- Apréciate cuando sientas rabia, tristeza, impotencia… Eres un ser emocional y cada vez que lo reconoces resultas más bello/a.
- Cuando crees que no sabes cuidar mejor de tus hijos, pues es una de las tareas más difíciles de esta vida.
- Por dejarte zarandear ante las relaciones con los otros. Eres un ser vivo tan social como emocional, no necesitas negar tu naturaleza delante de nadie.
- Al enfermar física o mentalmente. Pedir ayuda no es signo de debilidad, si estamos aquí es gracias a que alguien en otro momento nos brindó su apoyo.
- Si no tienes el cuerpo que hoy se considera perfecto. Recuerda lo arbitraria que es la cultura y que lo que hoy gusta mañana se recrimina, y al revés.
- Y por no actuar siempre como te gustaría. Respira, toma conciencia de anteriores estrategias fallidas, coge carrerilla y vuelve a intentarlo como tú sabes. ¡Y asume que fallarás en el intento varias veces hasta conseguirlo!
Esperamos que las imperfecciones propias de nuestra naturaleza humana, no te impidan vivir.
Sin embargo, si quieres saber más sobre cómo trabajar el perfeccionismo excesivo, pregúntanos. Te ayudaremos.
¡Feliz semana!
